"Cuando el tejido se desteje: conversaciones sobre el cuidado que sostiene"
Esta nueva entrada del Blog se inspira en la reciente conversación entre Constanza del Rosario, Helena Piacenza y Mariano Carniel y la metodología TejeRedes sobre cómo crear espacios donde las personas puedan florecer sin romperse
Así nace esta reflexión de una conversación en el contexto del tercer capítulo de Radio tejeRedes Play, nos sentamos a dialogar con Constanza del Rosario, psicóloga que lleva años acompañando procesos de bienestar y creación de espacios seguros en empresas y organizaciones jerárquicas y aquellas que bucan encaminarse a lo cplaborativo.
La conversación forma parte del Ciclo tejeRedes: Tejer el Cuidado, donde nos preguntamos algo esencial que atraviesa todas las organizaciones:
¿Cómo cuidar a las personas en un equipo colaborativo?
Es una pregunta simple en apariencia, pero que toca la médula de lo que nos convoca. Porque todos hablamos de cuidado, pero pocas organizaciones logran sostenerlo en el tiempo. Y cuando el cuidado falla, no es por mala voluntad. Es porque no sabemos cómo tejer el tejido conversacional que lo hace posible.
Imagina una tela antigua que ha sostenido muchas vidas. Durante años la han cuidado, remendado cuando aparecían agujeros, lavado con delicadeza. Pero un día notas algo: no es que haya roturas visibles, sino que los hilos empiezan a soltarse desde adentro. La tela está ahí, cumple su función, pero ha perdido su fortaleza. Y si sigues jalando con cuidado, eventualmente se deshace entre tus manos.
Las organizaciones son como esa tela. Pero el tejido que las sostiene no está hecho de procesos ni de organigramas. Está hecho de conversaciones, de vínculos humanos, de la capacidad de las personas para reconocerse mutuamente sin anularse.
En nuestra conversación con Constanza, ella nombró algo que todos sentimos pero pocos nos atrevemos a decir en voz alta:
"Una de las cosas que más me sorprende cuando entro a las organizaciones es cómo se comunican. Casi no logran hacerlo porque no tienen sistemas de comunicación."
No hablaba de falta de reuniones o correos electrónicos. Hablaba de algo más hondo: la incapacidad de conversar de verdad. De sostener conversaciones donde las personas puedan nombrar lo incómodo sin ser castigadas, donde el conflicto no se evite sino que se habite, donde la vulnerabilidad no sea debilidad sino puerta de aprendizaje.
Y ahí está el nudo que queremos desatar en este artículo: no es que las organizaciones no quieran cuidar. Es que el modelo de liderazgo que sostenemos —el jerárquico, el del control— excluye la vulnerabilidad. Y sin vulnerabilidad, no hay tejido que sostenga.
Este no es un texto de recetas ni de fórmulas mágicas. Es una invitación a mirar con humildad algo que sabemos pero olvidamos: que antes de ser organizaciones, somos personas. Y que antes de buscar herramientas de gestión, necesitamos comprender cómo es que nos tejemos o nos destejemos en el encuentro con otros.
Te invitamos a escuchar la conversación completa con Constanza del Rosario en Radio tejeRedes Play, y a seguir leyendo para profundizar en estas reflexiones que conectan su experiencia práctica con la metodología TejeRedes y el CLEHES.
Aquí te dejamos la conversación en You Tube: Quiero escuchar
TRES FIGURAS EN EL CAMINO*
Hay una parábola antigua que resuena con fuerza en tiempos de organizaciones que buscan cuidar sin saber cómo. Es la historia del buen samaritano. En el camino aparecen tres personajes centrales:
La samaritana (que en nuestra relectura es mujer, porque el cuidado no tiene género): representa el liderazgo sensible que se detiene frente a la vulnerabilidad. No es el liderazgo que controla desde arriba, sino el que aparece en el momento justo porque está atento.
El posadero: encarna la estructura que sostiene en el tiempo. No basta el gesto heroico de un instante; hace falta quien cuide que el proceso continúe, que la compasión se vuelva institución viva.
La persona herida: refleja nuestra humanidad compartida. Fragilidades, egos, cicatrices que todos llevamos y que, al hacerse visibles, nos recuerdan que somos interdependientes.
Pero en la parábola también aparecen dos figuras que pasan de largo: el sacerdote y el levita. Ambos simbolizan las viejas estructuras de autoridad que, aunque cargadas de prestigio, se alejan de la realidad concreta del dolor humano. En el camino organizacional, representan esos sistemas jerárquicos que priorizan la norma o el estatus antes que el cuidado.
Este contraste nos deja una pregunta esencial que Constanza también nombra desde su experiencia:
¿Seguiremos organizándonos como el sacerdote y el levita, atrapados en estructuras rígidas que miran de lejos las heridas? ¿O aprenderemos a organizarnos como la samaritana y el posadero, capaces de detenernos, cuidar y sostener en comunidad?
*Puedes leer más sobre esta reflexión en el próximo libro que est preparándo Cristian Figueroa sobre los roles -como los entendemos en tejeRedes y las heridas del Alma
POR QUÉ EL TEJIDO SE DESHILACHA ( lo que conversamos)
1. Porque el modelo de liderazgo que sostenemos excluye la vulnerabilidad
Constanza lo dice con claridad:
"Casi no logran comunicarse porque no tienen sistemas de comunicación."
Pero, ¿qué significa realmente conversar?
El biólogo chileno Humberto Maturana nos da una pista fundamental: conversar es el entrelazamiento del lenguaje y la emoción. Las palabras no flotan en el vacío; nacen en un estado de ánimo —miedo, alegría, calma, desconfianza— y al decirse, modulan ese ánimo en nosotros y en los demás.
No es igual decir "lo vemos mañana" con curiosidad que con resignación. El mismo lenguaje, emoción distinta, resultado diferente.
Las organizaciones están llenas de reuniones donde se habla mucho pero se conversa poco. Donde el lenguaje es técnico pero la emoción está bloqueada. Donde se pide feedback pero castigamos la honestidad.¿Por qué pasa esto?
Porque el modelo de liderazgo que sostenemos —el jerárquico, el del control— excluye la vulnerabilidad. La lee como debilidad. Como incompetencia. Como algo que "no tiene lugar en lo profesional".
Y cuando excluimos la vulnerabilidad, las personas se agotan. No por trabajar muchas horas, sino porque tienen que fingir una fortaleza que nadie puede sostener sola.
El tejido se deshilacha cuando las conversaciones se vuelven transacciones en vez de encuentros humanos.
2. Porque el cuidado quedó en manos de "un área"
Constanza observa algo que en tejeRedes vemos una y otra vez:
"La innovación en bienestar no debería venir solamente de talento o del área de recursos humanos, debería ser un canal constante que está levantando los problemas."
Cuando centralizamos el cuidado en RRHH, lo que estamos diciendo (sin decirlo) es: "El resto de nosotros no tenemos que ocuparnos de esto."
Pero el cuidado del tejido humano no es tarea de un área. Es responsabilidad de cada persona desde su lugar en la red.
Soledad Saavedra, co-creadora del CLEHES junto a Osvaldo García, trabajando con el concepto de amor de Maturana (la aceptación del otro/a como legítimo otro/a), nos dice algo profundo sobre nuestra vulnerabilidad:"Los seres humanos somos muy vulnerables tanto al momento de nacer como el resto de nuestra vida. Esta vulnerabilidad nos hace ser muy abiertos a los demás, ya que nos necesitamos. Desde esa vulnerabilidad es que nace la intimidad como un acto natural de conexión."
El amor —el Eros— no se delega. O está presente en cada vínculo o no está.
El tejido se deshilacha cuando creemos que
alguien más va a cuidar por nosotros.
3. Porque decimos una cosa y hacemos otra
Constanza trabaja algo medular en las organizaciones:
"Trabajamos la coherencia entre el propósito que declaran, la cultura que construyen y la estrategia que ejecutan."
¿Cuántas organizaciones declaran colaboración pero premian la competencia? ¿Cuántas hablan de horizontalidad pero las decisiones son verticales? ¿Cuántas promueven el bienestar pero normalizan el burnout?
Maturana lo expresaba así: "Vivimos lo que conversamos, no lo que decimos que conversamos." La realidad social se construye en la relación, no en la declaración.
El tejido se deshilacha cuando nuestras prácticas contradicen nuestro propósito.
4. Porque los silos nos separan (estructurales y culturales)
Constanza señala algo devastador:
"Porque los jefes no se hablan, los equipos tampoco se comunican. Están los silos estructurales del organigrama, pero lo peor son los silos culturales."
Los silos culturales son invisibles pero mortales para el tejido. Nacen del ego mal ejercido, de los micro-poderes, de la desconfianza institucionalizada.
Y aquí Maturana nos ayuda de nuevo: el ego es la negación del otro. Es poner barreras, rechazar, anular. Lo contrario del amor-eros que sostiene las redes.
Soledad añade:
"Cuando nos cerramos al acto biológico de la intimidad, nos olvidamos del Eros que es parte de nuestra naturaleza. La intimidad tiene que ver con aceptar al otro como un legítimo otro."
El tejido se deshilacha cuando el ego ocupa más espacio que el reconocimiento mutuo.
5. Porque solo actuamos cuando ya explotó
Constanza señala algo crítico que vivimos en Chile y otros países latinoamericanos:
"Tenemos la Ley Karin para denunciar acoso, pero todavía falta mucho en la educación de cómo hacer realmente prevención."
En tejeRedes hemos mapeado cómo las incidencias organizacionales escalan en silencio:
Estructurales (silos, jerarquías rígidas)
↓
Psicosociales (tensiones, rumores, desconfianza)
↓
Interpersonales (conflictos abiertos, acoso, violencia)
Cuando solo actuamos en la fase interpersonal, ya llegamos tarde. El daño está hecho.
El tejido se deshilacha lentamente, mucho antes de que veamos el agujero.
6. Porque esperamos la crisis para despertar
Constanza lo dice con una mezcla de tristeza y esperanza:
"Tienen que pasar cambios disruptivos como la pandemia para que entiendan la importancia de la salud mental."
Las organizaciones reactivas cuidan después del daño. Las regenerativas crean condiciones para la vida antes de la crisis.
El tejido se deshilacha porque no lo miramos con atención hasta que ya no sostiene.
7. Porque olvidamos que somos tejido (no máquinas)
Constanza cierra con algo esencial que conecta con todo lo que venimos diciendo:"El cuidado de las personas es clave para construir equipos realmente robustos, con posibilidades de crear, de construir, de transformar."
Sin cuidado del tejido relacional, no hay equipo. Hay individuos agotados trabajando en paralelo.
El tejido se deshilacha cuando olvidamos que somos seres interdependientes, no piezas intercambiables.
PARTE 3: CLEHES - LA CÉLULA VIVA DE TODA RED
Si queremos cuidar el tejido, primero tenemos que entender de qué está hecho.
En tejeRedes trabajamos con una comprensión del ser humano que viene de los maestros Soledad Saavedra y Osvaldo García: CLEHES.
No es una sigla más. Es una forma de mirar lo humano que sostiene cualquier red.
Imagina que cada persona es como una célula viva en un organismo mayor. Y esa célula tiene seis dimensiones entrelazadas:
C - Cuerpo
No es un accesorio de lo que decimos; es parte del mensaje. Tu postura, tu respiración, tu mirada, el ritmo con el que te mueves... todo eso comunica.Un cuerpo encorvado transmite cansancio. Uno erguido abre confianza. En el cuerpo se inscriben nuestras memorias, nuestros hábitos, nuestros límites.
El cuidado de la red empieza por la disposición corporal de cada persona para estar con otras.
L - Lenguaje
Con él no solo describimos: creamos realidad.
Cuando declaras algo, abres o cierras futuros. Cuando pides u ofreces, generas compromisos. Cuando juzgas, revelas los criterios con los que miras el mundo.
No es lo mismo nombrar a alguien como "extraño" que como "aliado". La palabra crea identidad y distribuye dignidad.
E - Emoción
Son predisposiciones para la acción. La alegría abre confianza, el miedo repliega, la rabia confronta.
A veces creemos que las emociones son privadas, pero atraviesan cada vínculo: afectan la escucha, predisponen al encuentro o al cierre.
Reconocerlas no es dramatizar; es alfabetizarnos en lo afectivo para entender por qué avanzamos o nos trabamos.
H - Historia
Cada persona es una biografía hecha de hitos, heridas, aprendizajes y legados. Es lo que explica por qué un propósito te importa o cómo eliges confiar.
Y no solo hay historia individual: también hay memoria compartida, los sucesos y personas que nos han entrelazado.
Una red sin relato común se vuelve frágil.
E - Eros
Aquí está el corazón de lo que sostiene las redes. Soledad Saavedra, trabajando con el concepto de amor de Maturana, nos dice algo profundo sobre nuestra vulnerabilidad:
"Los seres humanos somos muy vulnerables tanto al momento de nacer como el resto de nuestra vida. Esta vulnerabilidad nos hace ser muy abiertos a los demás, ya que nos necesitamos. Desde esa vulnerabilidad es que nace la intimidad como un acto natural de conexión."
Y añade algo que transforma nuestra comprensión de las organizaciones:
"Cuando nos cerramos al acto biológico de la intimidad nos olvidamos del Eros que es parte de nuestra naturaleza. La intimidad tiene que ver con aceptar al otro como un legítimo otro."
Eros es la fuerza vincular que nos atrae, la ternura que habilita intimidad social, el deseo de crear juntos. Es el pegamento invisible que permite colaborar sin borrarnos.
Cuando está presente, la red se vuelve deseable. Cuando falta, todo se reduce a trámite.
S - Silencio
No es ausencia; es espacio fértil.
Nos permite escuchar lo propio y lo común, decantar lo dicho y lo no dicho, abrir perspectiva.
Sin silencio, el lenguaje se vuelve ruido y la emoción, impulsividad.
Cuando miramos a cada persona como CLEHES, algo cambia. Ya no vemos "recursos humanos" ni "capital humano". Vemos células vivas con biografía, emoción, lenguaje que crea realidad.
Y entendemos que cuidar el tejido significa cuidar estas seis dimensiones en cada encuentro.
CÓMO SE SOSTIENE EL TEJIDO (SIN RECETAS, CON PRINCIPIOS)
La conversación nunca se trato de fórmulas de éxito, pero si giró en torno a algo clave: cada organización es un organismo vivo único. Fuimos compartienso algunos principios que hemos aprendido caminando durante los años que llevamos caminando con organizaciones.
Principio 1: El cuidado es prevención, no reacción
Las incidencias no aparecen de golpe. Escalan en silencio.
Por eso necesitamos:
- Espacios conversacionales donde se pueda nombrar lo incómodo antes de que explote
- En tejeRedes utilizamos una Tecnología Social que llamamos Círculos de escucha sin juicio. En donde podemos dar un espacio para escuchar esas tensiones sin ocultarlas bajo la alfombra. Aquí tienes la ficha Quiero verla
- Tecnologías sociales como el Animómetro (lectura emocional colectiva) o las Interiorizaciones (pausas conscientes antes de cada encuentro)
Principio 2: El cuidado es corresponsable, no centralizado
Como dice Constanza:
"La innovación en bienestar no debería venir solamente de talento o del área de recursos humanos, debería ser un canal constante que está levantando los problemas."
Cada persona, desde su lugar, cuida el tejido.
Por eso necesitamos:
- Distribuir roles (no cargos fijos)
- Reconocer talentos y sus lados luminosos y oscuros.
- Crear acuerdos flexibles que se revisan periódicamente
Principio 3: El cuidado es coherente con el propósito
No se puede declarar colaboración y premiar competencia.
Como trabaja Constanza:
"Trabajamos la coherencia entre el propósito que declaran, la cultura que construyen y la estrategia que ejecutan."
Por eso necesitamos:
- Revisar la coherencia entre propósito-cultura-estrategia
- Hacer visible lo que se reconoce como valioso
- Reparar cuando algo se quiebra
Principio 4: El cuidado sostiene paradojas vivas
No se trata de eliminar la tensión, sino de volverla habitable:
- Cercanía con límites
- Pertenencia sin perder autonomía
- Resultados sin sacrificar descanso
- Conflicto con respeto
Como diría el posadero de nuestra parábola: la red madura no teme al conflicto, lo convierte en oportunidad de aprendizaje.
EL CICLO QUE SOSTIENE LA VIDA
En tejeRedes hablamos del Ciclo para el desarrollo de iniciativas colaborativas. No es lineal; es una espiral que se recorre una y otra vez:
1. Articulación inicial → ¿Quiénes somos y desde dónde nos convocamos?
2. Buscar propósito → ¿Para qué nos reunimos? (Generar valor social: confianza, participación)
3. Visualizar propósito → ¿Qué imaginamos construir? (Generar valor de conocimiento: aprender juntos)
4. Dialogar y conversar → ¿Cómo nos organizamos? (Generar valor de uso: resultados concretos)
5. Realizar → ¿Qué generamos juntos? (Acompañar y sostener)
Y luego se vuelve a empezar, porque las redes vivas no se rigidizan ni se disuelven: se renuevan.
Este ciclo es caórdico (caos + orden). Equilibra la confianza (que necesita caos fértil) con la estructura (que necesita orden mínimo).
VOLVER AL CAMINO Y A LA PREGUNTA
Esta conversación forma parte del Ciclo tejeRedes: Tejer el Cuidado, un espacio de reflexión donde nos preguntamos algo esencial:
¿Cómo cuidar a las personas en un equipo colaborativo?
Volvamos al inicio.
Ese momento en que te das cuenta de que algo no encaja. Que tu organización habla de cuidado pero llegas a casa agotado/a igual. Que hay programas de bienestar pero el tejido sigue deshilachándose.
Ahora sabemos por qué.
No es porque falten buenas intenciones. No es porque falten talleres o políticas.
La propuesta de TejeRedes —probada en años de práctica— es esta:
Poner el cuidado en el centro. No como un programa. Como la infraestructura invisible que sostiene toda transformación.
Porque sin cuidado del tejido conversacional y relacional:
- No hay colaboración real
- No hay innovación sostenible
- No hay resultados que no agoten
Como la samaritana, necesitamos detenernos cuando vemos la herida.
Como el posadero, necesitamos sostener el proceso en el tiempo.
Como la persona herida, necesitamos reconocer nuestra vulnerabilidad compartida.
Y dejar de organizarnos como el sacerdote y el levita: estructuras que pasan de largo porque la norma importa más que lo humano.
La pregunta ya no es: "¿Por qué no funciona el cuidado en mi organización?"
La pregunta es: "¿Estoy lista/o para mirar con humildad cómo conversamos, cómo nos tejemos, cómo cuidamos el CLEHES propio y ajeno?"
Si la respuesta es sí, este es el momento.
PARA PROFUNDIZAR
🎧 Escucha la conversación completa:
Radio tejeRedes Play - Episodio con Constanza del Rosario
Link a YouTube
📖 Lee más sobre:
- CLEHES: La célula de las redes
- Ciclo tejeRedes para iniciativas colaborativas
- Mapa de incidencias organizacionales
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Este artículo es parte del Ciclo tejeRedes: Tejer el Cuidado
Pregunta orientadora: ¿Cómo cuidar a las personas en un equipo colaborativo?
Conversación con: Constanza del Rosario (Radio tejeRedes Play)
✅ Esta publicación fue revisada con ayuda de inteligencia artificial para mejorar la redacción y facilitar su comprensión. Sin embargo, no reemplaza las ideas ni lo que deseamos expresar.

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