En este mes de mayo, desde Tejeredes, queremos tratar dos temas bien enlazados con el trabajo en red y la cultura de la colaboración: la economía social y el desarrollo local.
El concepto de desarrollo local inicia, ligado al mundo rural, ante la problemática del desigual desarrollo en los territorios donde la equidad de las zonas rurales no era equiparable a la de las zonas urbanas, y surge con la finalidad de dar apoyo a esos entornos rurales para que alcancen el tan ansiado desarrollo.
Cuando hablamos de Economía Social estamos haciendo referencia al conjunto de entidades diferenciadas del resto por su objeto o finalidad: siempre tratan de servir a los socios o la sociedad en general; por su modo de decisión: de carácter colectivo; y por su modo de distribución: según el trabajo o aportación realizada. Por tanto, estamos hablando de entidades que no son ni empresas públicas ni empresas privadas de capitales, sino que son entidades con preponderancia de las personas y el trabajo frente al capital y con una marcada finalidad social en sus acciones.
El desarrollo económico local es "el proceso de crecimiento y cambio estructural que, mediante la utilización del potencial de desarrollo existente en el territorio, conduce a la mejora del bienestar de la población de una localidad o una región" ( Vázquez Barquero: 2000)
Por tanto, pensar el desarrollo de un territorio sólo en términos o estándares económicos es un error, creer que el desarrollo tienen una relación directa con la economía nos limita las posibilidades de acción sobre un entorno. No nos equivoquemos, el desarrollo de un territorio tiene relación con su economía pero también esta relacionado con elevar el bienestar social de sus habitantes asegurando la conservación del espacio y los recursos. "Lo social se integra con lo económico" (Arocana: 1995)
Desde una visión territorial, el entorno no es un espacio físico donde existen objetos, actividades y procesos económicos, es el agente transformador social en sí. Cada localidad o territorio tiene unas características sobre las que se articulan sus procesos de desarrollo. Pero para que estos procesos de desarrollo y de cambio se den, es necesario que existan una serie de condiciones que faciliten y refuercen estos progresos.
En primer lugar es necesario que exista un sistema de producción que haga uso de los recursos disponibles pero que al mismo tiempo sea capaz de introducir elementos innovadores tanto al producto y al proceso como a la organización. La capacidad de las empresas que residen en el territorio es fundamental para poder ser competentes en el mercado.
En segundo lugar un entorno social participativo y colaborativo que permita construir instancias de participación y responsabilidad ciudadana. Una identidad cultural propia y estructuras sociales que cohesionen a los ciudadanos. Que las personas del propio territorio sean los protagonista es importante, como decía Oswaldo Sunkel se trata de un “desarrollo desde dentro y no hacia dentro”. Por tanto, se trata de acciones que dinamicen la participación ciudadana para alcanzar crecimiento social y económico.
En tercer lugar, es necesario disponer de una política administrativa que posibilite un entorno favorable para la producción y el desarrollo, sin obstáculos que desmotiven.
Por tanto la activación de un territorio se articula en torno a tres ejes fundamentales interconexionados entre ellos: el desarrollo local, la economía social y la participación ciudadana.
La economía social incide en el desarrollo local porque genera nuevas formas de entender el empleo y la empresa, promueve actividades tanto para la producción como para la participación económica y social de la comunidad, y supone un complemento de la iniciativa privada y la gestión pública. Además, la cultura colaborativa intrínseca en las personas que conforman estas entidades o empresas sociales, están altamente ligadas a su entorno y sensibilizadas con él. Por tanto, no se entiende un desarrollo económico, social, cultural y medioambiental de un territorio sin sus empresas sociales y la cultura colaborativa y del trabajo en red de las personas que él conviven.
1 comentario:
EL PODER DE LAS EMOCIONES EN LA TAREA DE INNOVAR
“La gente olvida lo que haces, olvida lo que dices, pero nunca olvida cómo le haces sentir” Maya Angelous. Estamos programados para contagiar las emociones aunque no nos demos cuenta. Sean estas útiles o perjudiciales, las emociones salen y entran en nuestro cuerpo en cada acto que usamos para relacionarnos. ¿Cuanto espacio le has dedicado a considerar las emociones que se ponen en acción cuando trabajas para facilitar innovaciones?.
Mas detalles en: http://redextensionrural.blogspot.com/2013/03/el-poder-de-las-emociones-en-la-tarea_14.html
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