Hemos terminado la edición 2018 del Diploma Eficiencracia en innovación social, financiación participativa y economía colaborativa en la Universidad Complutense de Madrid.
Tanto la primera como la segunda edición del diplomado de Eficiencracia UCM ha tenido un especial particularidad: más de un 90% de los participantes son chicas. Esto le ha dado un carácter muy especial al programa y a los temas trabajados. Desde un inicio las preocupaciones, necesidades, reflexiones y preguntas en torno a los temas de innovación social y colaboración han tomado una mirada distinta a otros programas de estas características.
En general, la mirada femenina nos invita a profundizar y navegar desde otros escenarios, en temas en que estamos a acostumbrados por tendencias y experiencias, a tener conversaciones sobre impacto y resultados. Si bien hablamos de lo social (innovación) y colaboración (economía), siempre las experiencias se reducen a cómo se resuelven de manera diferentes las problemáticas. Por ejemplo, desde el empredimiento con sentido social o desde la economía con plataformas colaborativas.
Pero hay un punto que siempre dejamos en el tintero y que va más allá del propósito, y es la intención y energía con la cual nos envolvemos antes de entregarnos a buscar y llevar a la acción del objetivo y sus metas. En el caso de la mirada femenina en los contextos sociales y colaborativos, es una energía con menos egos y más de aceptación (amor).
Puede que alguien diga "no estoy de acuerdo con eso, por tal o cual caso", pero desde la experiencia y lo que hemos visto en este diploma (y en otros cientos de casos), esa energía femenina es un empuje imparable a buscar formas diferentes de realizar un cambio en un territorio de paradigmas marcados por un profundo e histórico sentido patriarcal.
Muchas veces me pregunto si el escenario fuera diferente, en donde, por ejemplo, no tuviera que existir un 8 de marzo o que alguien día a día nos recuerde "que aquí estamos y existimos" (con un carácter reivindicativo), sino que aquello resulte ser algo cotidiano y parte de nuestras relaciones. Si la sociedad tuviera esa misma energía y capacidad de acción, seguramente estaríamos navegando en un mundo muy diferente y los habitantes de este planeta tendríamos otras respuestas a las preguntas del para qué, cómo y qué.
Muchas gracias a tod@s lo que dieron forma y realidad al Diploma de Eficiencracia.
¡Y muy atentos a su 3ª versión!
Aquí les dejamos algunas fotografías del modulo "Redes y Organizaciones Colaborativas"
Equipo TejeRedes
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