*Artículo escrito por Francisco Rodríguez (MBA), emprendedor y consultor especializado en economía colaborativa. Es conector de la Ouishare y fundador del blog starupscolaborativas.com. Twitter @PakoBautista
La colaboración es una manera inteligente y eficiente de lograr modelos de negocio con impacto positivo. Colaborar y compartir deberían ser las bases sobre las que se asienten las startups de la economía colaborativa para ser coherentes con este sector. Esta colaboración se iniciaría en el ecosistema emprendedor, para seguir con los usuarios de las respectivas plataformas, y finalmente con las empresas tradicionales y la administración pública.
Startups colaborativas
Los emprendedores de este sector deberían recoger el valor que supone el contacto con otros emprendedores del sector. Crear sinergias desde los inicios es plantar una semilla muy valiosa de cara al futuro. Compartir los conocimientos y aprender de otros debería servir para dar los primeros pasos en un sector muy complejo y, por qué no, también competitivo. Pero la sana competencia no debería estar reñida con la mutua colaboración, simplemente hay que cambiar el enfoque. Como dicen desde Bcorp, en lugar de competir para ser la mejor empresa del mundo, se debería competir para convertirse en la mejor empresa para el mundo.
Cuando las ideas se hacen proyectos y estos se convierten en startups, es cuando viene la parte de abrir las puertas de las organizaciones y aprovechar todo el valor que entra. Para eso hay herramientas propias del sector colaborativo, que toda startup que quiera triunfar debería utilizar. Aquí os dejo algunas claves:
Recursos. Cuando un proyecto está basado en una plataforma y se crea una comunidad en torno a ella, esta ha de sentir los recursos a su disposición como propios, y los siguientes puntos son esenciales para conseguirlo.
Abrir contenidos. Utilizar licencias que permiten compartir contenido de manera que no vaya en contra de la legislación actual, crear obras derivadas e incluso comercializarlo. Unido al impacto que puede representar para un startup que su contenido se haga viral, su aportación al procomún repercute de manera positiva en la innovación.
Empoderar a usuarios. Crear y fomentar la creación de roles que permitan a los usuarios participar de manera más activa. Wikipedia es un gran ejemplo en este sentido.
Centrarse en la persona. El beneficio no sólo ha de medirse en cifras, también en impacto positivo tanto en nuestros usuarios como en la sociedad en general.
Utilizar herramientas propias del sector. La economía colaborativa ofrece herramientas para emprender de manera más coherente: licencias abiertas, fuentes de financiación participativa, monedas alternativas, etc. Bien combinadas con los recursos tradicionales, ofrece nuevas e interesantes formas de emprender.
Colaboración con sector tradicional
Una vez que las startups tienen un tamaño suficiente, es la hora de crear sinergias con los sectores tradicionales, que no son ni mucho menos el enemigo, sino aliados potenciales con mucho que ofrecer y mucho valor que recoger de estas alianzas.
¿Qué pasará si juntamos los recursos que tienen las empresas en forma de dinero, espacios, talento y contactos, la experiencia y el know how tras muchos años creando procesos y procedimientos perfectos, la confianza que atesoran por parte de la sociedad gracias al valor que aportan a la misma, y la necesidad de adaptación que imponen los mercados más la capacidad que tienen para hacerlo debido a todos los factores mencionados?
¿Y si todo lo anterior lo sumamos a la agilidad de las startups, con equipo de dos a cinco personas que toman decisiones rápidas, la resiliencia ante el fallo que provocan estas decisiones rápidas y que las hacen aprender y crecer, el futuro que representan estos equipo jóvenes, con estudios universitarios y alto grado de compromiso, y a todo esto le añadimos la innovación que representan, sobre todo en el sector colaborativo donde se hacen eco de lo que pide una demanda cada vez más empoderada?
La respuesta es que 1+1 deja de ser 2 y tiende a crear nuevas organizaciones híbridas cuya suma se acerca al infinito en cuanto a potencial de crecimiento y creación de valor.
Triple alianza para un triple beneficio
Si queremos crear un triple beneficio, esto es impacto social, medioambiental y económico, debemos ser capaces de crear triples alianzas entre las empresas tradicionales, las startups más disruptivas y la administración pública. Sólo así, aunando esfuerzos entre los agentes productores, con el apoyo de los agentes representativos, podremos lograr un impacto tanto para nosotros como para nuestro planeta que ataje los problemas a los que nos enfrentamos actualmente y que hacen peligrar nuestra vida tal y como la conocemos.
Tejer redes de colaboración desde que iniciamos el camino facilita la creación de una cultura que nos permite ver sinergias frente a otras organizaciones donde antes veíamos riesgo. El único riesgo en este sentido es emprender en solitario y obviar todos los recursos que tenemos a nuestro alrededor.