Este es un segundo articulo relacionado al Entre el cielo y la tierra: la crisis de las estructuras/culturas jerárquicas
Los sistemas de articulación colaborativa se asemejan a sistemas orgánicos y en particular por sus características lo podemos comparar a un jardín que tiene estaciones, un ecosistema o hábitat, un(as) jardinero(as) y lo que más nos atrae: sus aromas y colores.
Estos sistemas se caracterizan por ser horizontales en su estructura y evolutivos en las conversaciones que se tejen. Todos sus habitantes son protagonistas y participan de los procesos, existe el rol de articulación para cuidar el sistema organizacional y el amor o fraternidad es el elemento clave que da cohesión y sostenibilidad al sistema de articulación basado en el trabajo en red colaborativo.
Las estaciones: Los ciclos (la circulación y evolución de la organización)
Las estaciones en algunas cosmologías culturales reflejan la circularidad y evolución de la vida. Por ejemplo, en la cultura mapuche da cuenta el ciclo del sol (las personas celebran la salida del sol en cada nuevo ciclo). Para ellos el:
Los ciclos y su propósitos muestran la evolución de la organización en relación al propósito central. Es decir si el propósito central de una organización es “producir para mejorar la calidad de vida de personas”, esa organización tendrá diferentes ciclos que es necesario respetar como los que tiene un jardín para vivir. Si la organización no respeta esos ciclos se generan las crisis por no adecuar su propósito central al propósito de los ciclos. De esta manera se debe identificar y dejar tiempo en cada ciclo para:
Los ciclos son importantes para la circulación y evolución de la organización y su sistema de articulación. Es importante saber que en algún ciclo todo descansará para siempre es decir morirá por factores naturales o externos.
El hábitat: Las personas (los participantes de la organización)
El hábitat o ecosistema de habitantes del jardín es lo que permite que exista la diversidad y desde allí la colaboración en la organización.
Ya lo explica Jordi Bascompte* en una entrevista: “Tanto los ecosistemas como los sistemas económicos forman redes complejas en que múltiples actores interactúan unos con otros”. Además agrega “En estas redes, las plantas benefician a los insectos y los insectos a las plantas. Además, unas especies de insectos pueden beneficiar a otras si van a las mismas plantas. Y unas especies de plantas pueden beneficiar a otras si las polinizan los mismos insectos. Es lo que llamamos una red mutualista”. Bascompte termina explicando que es lo que sucede en sistemas de articulación virtuosos y complejos como puede ser la red de la industria de la moda entre diseñadores y contratistas.
También en el ecosistema o hábitat de insectos y plantas es importante cuidar a las personas que generan fraternidad ya que son ellas las que construyen o dan cohesión a la comunidad. En este sentido Bascompte dice: “Si todo el mundo actúa de manera egoísta, la sociedad entera se colapsa. Por lo tanto, si queremos tener un sistema social estable, conviene crear incentivos y reconocimiento para quien contribuye al bien común. Hay que proteger a los que más ayudan porque son los más vulnerables a la extinción” y agrega “Identificar los nodos que más contribuyen a la robustez de la red y protegerlos ayudará a que la red sea menos vulnerable al error o al ataque de un hacker”.
La polinización que se da entre diferentes insectos y plantas en el jardín contribuye a que los procesos de innovación y creatividad resulten colaborativos. Por lo tanto es clave tener diferentes perfiles de personas que interactúan en la organización para que el sistema de articulación resulte sostenible.
Entre todos los habitantes del sistema se mantendrá el equilibrio. Si los habitantes del sistema no se encuentran bien, no se aceptan unos a otros, etc. el sistema tenderá a romperse y a fraccionarse. Por eso es importante cuidar a cada persona que está en la organización y que es parte del sistema de articulación. Como se dijo antes, se debe cuidar en particular a las personas que cultivan la fraternidad, la generosidad, transparencia, etc., ya que ellas serán las mejores polinizadoras del sistema para que este ciclo a ciclo a circule y evolucione.
Por otro lado es importante mantener en alerta a las personas que conviven en torno a los egos y a la negación, ya que provocarán a largo plazo el colapso del sistema colaborativo.
El/la jardinero/a: El/la articulador/a (el/la tejedora de personas)
Es la persona que cuida el hábitat o ecosistema de habitantes del jardín. Entre insectos y plantas, es quien de acuerdo al ciclo tiempo de "lluvias", "brotes", "abundancia" y "descanso” resolverá diferentes formas de actuar según el momento para abonar la tierra, podar las plantas, etc.
En una organización, es quien año tras año, va afinando la escucha y la observación de las personas en torno al sistema de articulación. De esta forma es capaz de evidenciar los ciclos, los nodos de conflicto, los nodos de abundancia, etc.
El jardinero es una persona importante e irremplazable, pero también debe ser cauta, sigilosa, casi invisible, dejando que el ecosistema continúe su vida, pero tejiendo día a día las relaciones y conversaciones que se cruzan en el jardín u organización.
El jardinero va colocando semillas según los momentos del ciclo, pero nunca sabrá lo que pasa. De esta forma lo que realiza son procesos de articulación que permiten que la organización circule y evolucione según el nivel de agua, la calidad de la tierra, el grado de sol, intensidad de las polinizaciones y cruces entre insectos/plantas, etc. Así se crean las instancias para que las plantas crezcan fuertes y los insectos se mantengan vigorosos.
El jardinero es como la araña, teje y teje, y cuando siente que algo no está bien en el sistema o jardín, va de inmediato para tratar de resolver ese nudo o nodo de conversación en la organización.
Los aromas y colores: La fraternidad (la cohesión de la organización)
Lo más significativo de un jardín serán sus colores y aromas, permitiendo que sus habitantes disfruten de quedarse y convivir en el ecosistema. El símil en una organización de personas es sentir el buen ambiente o el fluir de la fraternidad en el sistema.
Lo anterior, provocará que nuevas interacciones se unan al ecosistema, aumentando su capacidad de polinización y resiliencia entre un ciclo y otro en el tiempo. Esto se traduce en nuevas personas que se sentirán atraídas por la organización y su sistema de articulación colaborativa permitiendo que el hábitat se fortalezca.
Un jardín que ha tenido un buen cuidado por parte de sus jardineros/as, que ha vivido cada ciclo y que ha permitido una buena interacción de su hábitat tendrá aromas y colores especiales, independientemente de la estación de año.
Por lo tanto la fraternidad no es el resultado de que las personas solo se respeten o acepten. La fraternidad es un camino de trabajo a largo plazo, donde la organización ha sembrado y ha recogido, lo que repercutirá en las bases de equilibrio y sostenibilidad del sistema de articulación de la organización.
Referencias:
*Jordi Bascompte es biólogo y relaciona los sistemas humanos con los ecosistemas de la naturaleza y la biodiversidad. Extractos entrevistas http://goo.gl/r1uou , http://goo.gl/UZHTqU y https://youtu.be/ZfHi9M3MAtA
Los sistemas de articulación colaborativa se asemejan a sistemas orgánicos y en particular por sus características lo podemos comparar a un jardín que tiene estaciones, un ecosistema o hábitat, un(as) jardinero(as) y lo que más nos atrae: sus aromas y colores.
Estos sistemas se caracterizan por ser horizontales en su estructura y evolutivos en las conversaciones que se tejen. Todos sus habitantes son protagonistas y participan de los procesos, existe el rol de articulación para cuidar el sistema organizacional y el amor o fraternidad es el elemento clave que da cohesión y sostenibilidad al sistema de articulación basado en el trabajo en red colaborativo.
Las estaciones: Los ciclos (la circulación y evolución de la organización)
Las estaciones en algunas cosmologías culturales reflejan la circularidad y evolución de la vida. Por ejemplo, en la cultura mapuche da cuenta el ciclo del sol (las personas celebran la salida del sol en cada nuevo ciclo). Para ellos el:
- Pükem (invierno) significa "Tiempo de lluvias". Periodo del año que se relaciona con un cambio en la gente y en la naturaleza donde todo se renueva. Aquí es el periodo en el cual se prepara la tierra para un próximo periodo de fertilidad y cosechas, donde las lluvias purificarán la tierra.
- Pewü (primavera) significa "Tiempo de brotes". Como durante el desarrollo del Pükem (invierno) la naturaleza se renueva y se preparaba la tierra, la primavera será la estación donde las plantas germinan, florecen y crecen.
- Walüng (verano) significa "Tiempo de abundancia". Esta estación está marcada porque los frutos están listos para ser cosechados, siendo un periodo favorable para el desarrollo y el abastecimiento de la comunidad.
- Rimü (otoño) significa "Tiempo de descanso". Gracias a la abundancia del Walüg (verano), este periodo se caracteriza por un trabajo tranquilo de la tierra.
Los ciclos y su propósitos muestran la evolución de la organización en relación al propósito central. Es decir si el propósito central de una organización es “producir para mejorar la calidad de vida de personas”, esa organización tendrá diferentes ciclos que es necesario respetar como los que tiene un jardín para vivir. Si la organización no respeta esos ciclos se generan las crisis por no adecuar su propósito central al propósito de los ciclos. De esta manera se debe identificar y dejar tiempo en cada ciclo para:
- "Tiempo de lluvias": Es importante que las personas de la organización se expongan al agua y el viento, para que los momentos vividos pasen, se limpien las energías y se renueven los estados de ánimos. Estos periodos son posteriores a los quiebres en la organización y/o a dejar descansar el sistema o las emociones de las personas durante un tiempo para retomar temas más adelante. De esta forma es necesario tomar periodos de silencio y reflexión que permitan meditar y aprender de la historia vivida.
- "Tiempo de brotes": Después de la reflexión y la observación, las personas de la organización empiezan a tener otras miradas y conversaciones, que permiten tener periodos de escucha activa y aprendizajes sobre la historia y los momentos pasados vividos. Son también los períodos de creatividad e innovación que permitirán potenciar el propósito central de la organización, sus valores e ideales o paradigmas que la mueven, para tener un mejor acercamiento y comunicación al interior (entre los que trabajan por el propósito) y exterior (clientes, proveedores, etc. ).
- "Tiempo de abundancia": Una vez que la creatividad e innovación han dado sus frutos, viene el tiempo de proveer a quienes nos rodean y eso repercutirá en generar abundancia en las relaciones con las personas (valor social), compartir conocimiento y experiencias (valor intelectual) y generar recursos para intercambiar, vender, etc. (valor económico o de uso). En este momento del ciclo es importante reservar y guardar para los siguientes periodos que se volverán a vivir en el ciclo.
- "Tiempo de descanso”: Cuando el sistema está lleno de ese valor social, intelectual y económico, hay que descansar, disfrutar de lo conseguido y mantener el sistema para que en algún momento llegue un nuevo periodo para renovar. Hay que esperar ese punto de quiebre que permita empezar de nuevo y evolucionar en el tiempo, ya que si nos quedamos en lo mismo y con lo mismo, la organización estará destinada a morir. Por lo tanto a preparar el “tiempo de lluvias”.
Los ciclos son importantes para la circulación y evolución de la organización y su sistema de articulación. Es importante saber que en algún ciclo todo descansará para siempre es decir morirá por factores naturales o externos.
El hábitat: Las personas (los participantes de la organización)
El hábitat o ecosistema de habitantes del jardín es lo que permite que exista la diversidad y desde allí la colaboración en la organización.
Ya lo explica Jordi Bascompte* en una entrevista: “Tanto los ecosistemas como los sistemas económicos forman redes complejas en que múltiples actores interactúan unos con otros”. Además agrega “En estas redes, las plantas benefician a los insectos y los insectos a las plantas. Además, unas especies de insectos pueden beneficiar a otras si van a las mismas plantas. Y unas especies de plantas pueden beneficiar a otras si las polinizan los mismos insectos. Es lo que llamamos una red mutualista”. Bascompte termina explicando que es lo que sucede en sistemas de articulación virtuosos y complejos como puede ser la red de la industria de la moda entre diseñadores y contratistas.
También en el ecosistema o hábitat de insectos y plantas es importante cuidar a las personas que generan fraternidad ya que son ellas las que construyen o dan cohesión a la comunidad. En este sentido Bascompte dice: “Si todo el mundo actúa de manera egoísta, la sociedad entera se colapsa. Por lo tanto, si queremos tener un sistema social estable, conviene crear incentivos y reconocimiento para quien contribuye al bien común. Hay que proteger a los que más ayudan porque son los más vulnerables a la extinción” y agrega “Identificar los nodos que más contribuyen a la robustez de la red y protegerlos ayudará a que la red sea menos vulnerable al error o al ataque de un hacker”.
La polinización que se da entre diferentes insectos y plantas en el jardín contribuye a que los procesos de innovación y creatividad resulten colaborativos. Por lo tanto es clave tener diferentes perfiles de personas que interactúan en la organización para que el sistema de articulación resulte sostenible.
Entre todos los habitantes del sistema se mantendrá el equilibrio. Si los habitantes del sistema no se encuentran bien, no se aceptan unos a otros, etc. el sistema tenderá a romperse y a fraccionarse. Por eso es importante cuidar a cada persona que está en la organización y que es parte del sistema de articulación. Como se dijo antes, se debe cuidar en particular a las personas que cultivan la fraternidad, la generosidad, transparencia, etc., ya que ellas serán las mejores polinizadoras del sistema para que este ciclo a ciclo a circule y evolucione.
Por otro lado es importante mantener en alerta a las personas que conviven en torno a los egos y a la negación, ya que provocarán a largo plazo el colapso del sistema colaborativo.
El/la jardinero/a: El/la articulador/a (el/la tejedora de personas)
Es la persona que cuida el hábitat o ecosistema de habitantes del jardín. Entre insectos y plantas, es quien de acuerdo al ciclo tiempo de "lluvias", "brotes", "abundancia" y "descanso” resolverá diferentes formas de actuar según el momento para abonar la tierra, podar las plantas, etc.
En una organización, es quien año tras año, va afinando la escucha y la observación de las personas en torno al sistema de articulación. De esta forma es capaz de evidenciar los ciclos, los nodos de conflicto, los nodos de abundancia, etc.
El jardinero es una persona importante e irremplazable, pero también debe ser cauta, sigilosa, casi invisible, dejando que el ecosistema continúe su vida, pero tejiendo día a día las relaciones y conversaciones que se cruzan en el jardín u organización.
El jardinero va colocando semillas según los momentos del ciclo, pero nunca sabrá lo que pasa. De esta forma lo que realiza son procesos de articulación que permiten que la organización circule y evolucione según el nivel de agua, la calidad de la tierra, el grado de sol, intensidad de las polinizaciones y cruces entre insectos/plantas, etc. Así se crean las instancias para que las plantas crezcan fuertes y los insectos se mantengan vigorosos.
El jardinero es como la araña, teje y teje, y cuando siente que algo no está bien en el sistema o jardín, va de inmediato para tratar de resolver ese nudo o nodo de conversación en la organización.
Los aromas y colores: La fraternidad (la cohesión de la organización)
Lo más significativo de un jardín serán sus colores y aromas, permitiendo que sus habitantes disfruten de quedarse y convivir en el ecosistema. El símil en una organización de personas es sentir el buen ambiente o el fluir de la fraternidad en el sistema.
Lo anterior, provocará que nuevas interacciones se unan al ecosistema, aumentando su capacidad de polinización y resiliencia entre un ciclo y otro en el tiempo. Esto se traduce en nuevas personas que se sentirán atraídas por la organización y su sistema de articulación colaborativa permitiendo que el hábitat se fortalezca.
Un jardín que ha tenido un buen cuidado por parte de sus jardineros/as, que ha vivido cada ciclo y que ha permitido una buena interacción de su hábitat tendrá aromas y colores especiales, independientemente de la estación de año.
Por lo tanto la fraternidad no es el resultado de que las personas solo se respeten o acepten. La fraternidad es un camino de trabajo a largo plazo, donde la organización ha sembrado y ha recogido, lo que repercutirá en las bases de equilibrio y sostenibilidad del sistema de articulación de la organización.
Referencias:
*Jordi Bascompte es biólogo y relaciona los sistemas humanos con los ecosistemas de la naturaleza y la biodiversidad. Extractos entrevistas http://goo.gl/r1uou , http://goo.gl/UZHTqU y https://youtu.be/ZfHi9M3MAtA