Para nadie es una sorpresa que el sistema esta cambiado y menos para otros que lo que se venia haciendo, o con mayor implicancia: “los que pensamos y practicamos alguna vez el desarrollo de políticas publicas o multilatrales en diversos países para promover estructuras de redes asociativas de empresas,
cluster desde la escuela de
Porter o el
Desarrollo Económico Local o Simplemente Desarrollo Territorial"; estábamos promoviendo un estado y
sistema de la escasez”.
¿Como nos dimos cuenta o nos seguimos dando cuenta? que algo paso y que algo pasa que el planeta cambio, que las personas están volviendo a estructuras más simples de convivencia social y económica. Nadie cuestiona los avances de la tecnología y la ciencia en post de la calidad de vida de los seres humanos, pero al costo de fomentar estructuras de poder y opresión insaciables y a veces insalvables.
Ya no son discusiones de izquierda o de derecha, eso para los que no lo han visto y para otros que si lo ven entre líneas, no es la conversación. Algunos siguen pensando que el mundo y el sistema funciona como circo romano con zoológico y gladiadores incluidos, como en las mejores películas, pero que corresponden a la fantasía de inventos derivados de la ficción o realidades construidas en base a guiones de miedo y avaricia semi o completamente individualistas.
El
territorio es un germen rico de seres humanos inquietos por moverse, siempre una pregunta fundamental será: ¿para qué movernos?, ¿para que dar vuelta la olla de la escases a la abundancia de alimentos que derivan del eros y el amor?. Aquí estamos parados y observando, como diría
Osvaldo en la
enacción para retomar caminos y aportar para construir una mejor sociedad, economía, etc.
Hoy me leí el libro la “
Praxis del Teatro del Oprimido” de
Jordi Forcadas, recién fue editado en Junio del 2012, y cuenta en forma amena, reflexiva y desde la acción, su experiencia a través de la organización “Forn de teatre Pa’tothom” para promover cambios de acción social usando las técnicas del
teatro del oprimido. Además de citar a
Augusto Boal, Julian Boal y otra seria de personas implicadas en el TO, el mismo Jordi cuenta desde sus vivencias, las semillas que reparten para que la sociedad resulte ser mas justa, simplemente llamando la atención a través de narraciones activas entre actores y espectadores (
espectactor). Algunas líneas del libro:
“El proceso del teatro del oprimido incluye, por encima de los artistas, a personas que desean emanciparse y dicen las cosas de manera diferente a como se les exige socialmente que las digan o como se supone se tiene que decir. Emanciparse es tomar la conciencia de que se tiene la misma capacidad, y el teatro del oprimido, si se toma el encuadre político, ayuda a un colectivo a buscar los elementos necesarios para la emancipación”.
“El proceso de trabajo con un colectivo, es el de visibilizar sus opresiones a través del teatro. Escogen la más representativa y, mediante una de las técnicas del teatro del oprimido, la representan como forma de establecer un debate social, una búsqueda de cambio y posteriormente una movilización”.
Desde tejeRedes promovemos el emprendimiento, la innovación, el desarrollo de los territorios y hasta los cluster, desde la mirada y acción de redes y comunidades colaborativas. Pero lo que no podemos de dejar de hacer, es empezar a fisuras las viejas estructuras que no dejan florecer el espíritu de “observación, empatía, eros y generación de confianzas” que nos unen a unos y otros en torno intereses diversos y aglutinadores de red y comunidad.
En el territorio vivimos, no solo en el físico o presencial, también en el virtual a través de internet, construimos en cada uno, dependiendo el dominio de acción (familiar, amistad, trabajo, etc.)
microidentidades (ayer lo hablamos con OG) que construyen nuestra identidad individual y, la suma en identidades colectivas.. el territorio es vivo, además hoy es hibrido entre lo virtual o digital y físico o presencial. Estamos descontruyendo teorías sacadas de un sombrero de mago, para volver a las reflexiones y tecnologías más humanas: desde nuestra química y biología corporal, a la capacidad de conversar, amarnos y enredar vidas para impulsar procesos sociales y económicos.
El teatro del oprimido es un espacio que queremos compartir con uds. para empezar a mover los territorios, barrios, sistemas sociales y económicos desde nosotros, seres activos en la reflexión y acción (Jordi Forcadas). No entendemos las redes sin una profunda mirada al propósito que las hacen nacer y vivir.