Las empresas en red son redes de personas que se coordinan conversacionalmente. No son organizaciones de control y opresión que viven sólo para generar dinero. Las metodologías de trabajo en red, permiten que las empresas incorporen diseños y capacidades sociales para que puedan trabajar en red y las tecnologías sociales, son las
herramientas virtuales o presenciales que permiten empoderar a las personas de la empresa para
desarrollar el networking.
¿Puedes definirnos cómo son los empresarios, emprendedores o empresas que trabajan colaborativamente?
Los empresarios, emprendedores o empresas funcionamos en red en la medida que conectamos con otras personas y desarrollamos conversaciones que nos permiten llevar a la acción ciertas cosas, da lo mismo si es una empresa pequeña o mediana o si es una gran corporación internacional. En general, desarrollamos los productos y servicios a través de la conexión y desarrollo con otras personas, clientes y proveedores etc., no lo hacemos solos. Ahora sí, hay un concepto que es distinto. Una empresa o emprendedor en red colaborativo, es diferente ya que maneja
ciertos valores que tienen que ver con la transparencia, el compartir, el desarrollar iniciativas en conjunto, sin apropiarse de las ideas sino de manera distinta a través de la economía colaborativa. Es decir, funcionar con los valores de trabajar en red implica ser más generoso, más transparente, operar en condiciones distintas a las que muchas veces nos invita el mercado normal de la economía, acercándonos a conceptos como por ejemplo, innovación abierta, crowdfunding, crowdsourcing entre otros. Las dinámicas de trabajo en red tradicionales y las dinámicas dentro de la cultura colaborativa cambian un poco el esquema de cómo hacemos empresa.
¿Qué tipos de empresas encontramos en el mercado?
Para contextualizar es importante aclarar que existen dos tipos de organizaciones que funcionan en el mercado. Por un lado, las empresas que funcionan bajo un esquema que llamamos tradicional, que basan su trabajo en jerarquías y en la gestión centralizada, en promover sistemas de comunicación en distintos niveles, etc. A éstas las vamos a identificar con una cultura tradicional.
Por otro lado están las organizaciones que buscan una manera distinta desarrollar su negocio y proyecto. Son empresas que funcionan sin jerarquías, mantienen una comunicación más horizontal y establecen conversaciones para que la toma de decisiones sea menos centralizada. Se caracterizan por ser mucho más transparentes, más generosas en compartir información. Las asociamos a un tipo de cultura en la que lo colaborativo marca la diferencia respecto a la cultura tradicional. Trabajar en forma colaborativa es mucho más lento pero se llega más lejos.
¿Cuáles son los beneficios de trabajar en un sistema colaborativo o en red?
En un sistema más tradicional desarrollar un emprendimiento para innovar, como todo está centralizado y la toma de decisiones depende de pocas personas, si alguna de éstas no está en la organización en algún momento, en cierta manera, el funcionamiento de la misma se va a ralentizar y las crisis les afectan en mayor medida. En cambio, las colaborativas incluyen en todo el proceso empresarial a sus distintos actores y si alguien falta hay otro que es capaz de reemplazarlo, con lo que las decisiones y las acciones pueden avanzar. Si hay un problema, estas organizaciones más abiertas pueden tener la colaboración de otros actores para salir adelante, tanto desde el punto de las ideas, económico o de apoyo.
¿Cómo potenciamos las capacidades sociales de las personas en la empresa para trabajar en red?
Una de las columnas vertebrales que fomenta el trabajo colaborativo es que las organizaciones acumulen y
desarrollen capital social. Cuando hablamos de acumular capital social, me refiero a que vayan integrándolo y sumándolo como podría ser el capital económico o intelectual.
En términos generales, cuando trabajamos en red es importante implementar actividades o desarrollar herramientas que impliquen fomentar el capital social o relacional. Todas las organizaciones trabajan en red, y por lo tanto generan capital social: clientes, proveedores, o trabajadores. Pero otra cosa muy distinta es que ese capital social sea colaborativo. Que yo integre a mis proveedores en la toma de decisiones, en el desarrollo de productos o si tengo un problema o un caso de éxito es clave. Lo mismo ocurre con un cliente, al que hay que facilitarle el acceso a información de tipo cuánto nos cuesta la producción de un producto, cómo lo estamos produciendo, cuáles son las calidades que podemos ofrecerle y cómo las podemos cumplir. Esta relación basada en la transparencia genera confianza y nos va ayudar mucho más a la hora de innovar, en momentos crisis o éxitos o en la propia transparencia.
Las organizaciones para potenciar y desarrollar el capital social, tienen que diseñar los momentos y forma en la que éste se desarrolle y en las que se implique a todos los actores. Desde
organizar una fiesta hasta planificar una actividad social que involucre a trabajadores, clientes y proveedores. Sin olvidar, actividades de gestión de día a día como puede ser una reunión que tiene que ver con el diseño de producto, la fabricación, la implementación del servicio…
Se entiende que en este sistema colaborativo lo humano es clave.
Desde pequeños nos inculcan en el colegio o en el instituto en la cultura de la competitividad, en que tenemos que ser los mejores y siempre se nos olvida el tema de las personas, de lo humano. Trabajar en red significa que pongan su acento en lo humano, no sólo con los actores más próximos sino también en la comunidad en la que se interactúa, porque las empresas no están solas sino que conviven en distintos territorios y en ese sentido hace que tengan relaciones y conexiones sociales. No debe limitarse a cumplir con actividades de Responsabilidad Social Corporativa, sino que hay que ir mucho más allá. Hay que descubrir como yo desde la organización puedo fomentar otro tipo de sinergia o trabajo con las comunidades. Es clave conectar con las personas, con lo humano.
¿Qué papel juegan las herramientas colaborativas virtuales en este proceso?
Obviamente desde la aparición de internet es mucho más fácil comunicarnos, hacer negocios con otros, además de aprender y desarrollarse. Y las
herramientas online han permitido que esto crezca exponencialmente. Estas herramientas permiten abrir esos canales de comunicación, conectar con otras personas internas o externas; lo importante es cómo las utilizamos y bajo que valores vamos a movernos y regirnos ya que estas herramientas toman mucha más fuerza cuando las utilizamos con ciertos valores y objetivos en este plano de colaboración.
¿Cómo conseguir que el networking de una empresa sea efectivo?
Es importante ver si el
networking que hemos realizado hasta el momento es productivo. En general, ya sean empresas locales, nacionales o internacionales, en el
networking tradicional se establecen conversaciones, se intercambian muchas tarjetas, seguramente se hace hasta una cierta amistad. Este tipo de networking funciona en el momento, pero a la larga se tienen pocas posibilidades de seguir desarrollando esas relaciones ya que luego cuando volvemos a la rutina se nos olvida.
Por otro lado existe otro tipo de networking, en el que desde un principio se desarrolla un plan de trabajo que se base sobre todo en construir confianza y en el que se generan las primeras experiencias de trabajo conjunto y eso implica mirar en el tiempo. El
establecer el networking a largo plazo tiene que ver con afianzar la confianza. Un networking potente colaborativo, con muchas raíces no es fácil desarrollarlo y es distinto al networking tradicional. Aquí normalmente emerge esta frase, “si uno va solo es probable que llegue primero, pero si va acompañado es probable que trabaje más lento pero llegue más lejos”. Lo importante es que lleguemos lejos y eso es importante recordarlo cuando hagamos networking. No consiste en ser el primero en trabajar en tal o cuál mercado o producto sino a la larga cuanto tiempo yo me voy a mantener y voy a desarrollar iniciativas y con quiénes lo voy a hacer. Eso es cosechar en el largo plazo, no sembrar para sacar mañana los beneficios, sino pensar en los años venideros.